La sepsis es la respuesta inmunológica extrema del cuerpo ante una infección. Esto provoca una disfunción orgánica. Dicho de otro modo, el organismo daña sus propios tejidos y órganos, lo que deriva en un choque e insuficiencia multiorgánica. Y si no se detecta a tiempo, puede provocar la muerte.
Hay mayor riesgo para desarrollar esta afección en los siguientes grupos de personas: personas mayores, mujeres embarazadas, recién nacidos, pacientes hospitalizados, pacientes en unidades de cuidados intensivos, personas con sistemas inmunitarios débiles (a causa del VIH o cáncer, entre otros), personas con enfermedades crónicas (renal, cirrosis, entre otras).
Algunos síntomas de la sepsis son:
- fiebre o baja temperatura (hipotermia)
- escalofríos
- confusión o delirio
- dificultad para respirar
- respiración y frecuencia cardíaca rápida
Para la detección temprana, factor clave en la prevención de la muerte por sepsis, es importante contar con equipos de diagnóstico, especialmente equipos de microbiología que puedan identificar los biomarcadores que revelan la ocurrencia de sepsis.
Cada año, aproximadamente 31 millones de personas sufren un episodio de sepsis. De estos, unos 6 millones de personas fallecen a causa de la sepsis.
Fuente: Organización Panamericana de la Salud
Los sitios más comunes para originarse una infección que derive en sepsis son: torrente sanguíneo, huesos (común en niños), intestino (generalmente con peritonitis) riñones (infección de las vías urinarias, pielonefritis o urosepsis), revestimiento del cerebro (meningitis), hígado o vesícula biliar, pulmones (neumonía bacteriana) y piel (celulitis).
Por cada 1000 pacientes hospitalizados, se estima que 15 desarrollarán sepsis como complicación derivada de la atención de salud.
Fuente: Organización Mundial de la Salud
Los principales biomarcadores de la sepsis son la procalcitonina (PCT) y la proteína C-reactiva (PCR), que señalan infecciones graves y permiten diferenciar entre el origen bacteriano o viral, por lo que se pueden tomar decisiones rápidas y efectivas para el tratamiento y control de esta afección.
La procalcitonina (PCT) es un polipéptido de 116 aminoácidos que se sintetiza fundamentalmente en las células C de la glándula tiroides y, en menor medida, en el tejido neuroendocrino de otros órganos como los pulmones y el intestino. Como está presente en la sangre en niveles muy bajos, cuando se estimula su producción es indicadora de citocinas inflamatorias y, revelando una alta probabilidad de sepsis.
En tanto, la proteína C-reactiva (PCR) es una proteína que se produce en el hígado. Su concentración en sangre aumenta es signo de inflamación causada por enfermedades crónicas, que pueden o no derivar en procesos de sepsis.
En Cruz-Ayala disponemos de la mejor tecnología para que nuestros clientes puedan diagnosticar con precisión y mejorar los resultados en el tratamiento de la sepsis.
Los analizadores de Boditech analizan tanto ambos biomarcadores a través muestras de sangre, con reactivos que permiten un diagnóstico preciso y efectivo en poco tiempo. Para la PCT, están: AFIAS-1, AFIAS-6, ichromaTM -50, ichromaTM II e ichromaTM III. Y para PCR, además de los anteriores, se agrega el ichromaTM M3.